¡Estamos con Traslasierra Despierta!

En tiempos convulsionados, los magnos organismos y supuestos responsables del control y seguridad social, lo único que hacen es cavar más hondo el pozo que hiere profundamente a nuestro país.

Sectores privilegiados por status social, gente que está al frente de grandes conglomerados humanos, grupos asociados con responsabilidades a fines, intentan suprimir aún más los pequeños grandes talantes que nos brinda la naturaleza.

Sí. No queda otra cosa por agravar. Lo social ya está depurado, manipulado, atado y sin escapatoria – por lo menos hasta el momento-. Es necesario buscar un nuevo blanco, aunque sea para hacer el intento de sacar provecho a atrevés de otra arista argentina.

Pronto, no sólo los campos serán vaciados, empobrecidos y hasta desaparecidos. El paisaje turístico y tremenda riqueza natural también estará al borde de la disolución. Ahora van por nuestras montañas y aires serranos.

En búsqueda de uranio, se alterará el habitad de muchos animales locales y flora autóctona. Se contaminará desmesuradamente el agua, el suelo y el aire de la zona de Traslasierra. Se implementará un sistema de demolición que culminará en un terreno solitario, pobre y desalentador.

Son nuestro símbolo. Son nuestro esparcimiento. Es el lugar de vida de más de un ciudadano. Son el paisaje más preciado e irrepetible que tenemos. Luchemos para evitar que la explotación minera termine con la zona de la Quebrada del Condorito. Unite a “Traslasierra Despierta”. ¡Defendé lo que es tuyo!

Para más información ingresá en :http://www.traslasierradespierta.com/

Fotografía: Secretaría de Minería de la Provincia

Cuba avanzó y EEUU no quiso perder protagonismo

Cuba está siendo objeto de una serie de cambios. Los mismos, indican un progreso en la organización de la isla y mejoras en la calidad de vida de sus habitantes. Al parecer el gobierno de Raúl, da cuenta de algunas “cositas” a las que Fidel se negaba aceptar. “Cositas” del siglo XXI, “cositas” de la era posmoderna, “cositas” del mundo globalizado, es decir “cositas” acorde al ritmo de nuestra cotidianeidad.

“Cositas” que si bien no tienen una profunda argumentación aparecen como una señal de esperanza para el pueblo cubano. “Cositas” que nada tienen que ver con la política en sí –ya que los cambios en ese terreno, han sido casi nulos- pero que mucho se relacionan con necesidades obvias, propias de nuestro tiempo.

“Cositas” que han servido para que los más crueles demonios del planeta se agarren y quieran remar con ellas. Sí, “cositas” que trajeron alegría a más de uno. Pero ese entusiasmo no sólo estuvo presente en los afectados directamente, sino también en aquellos que aprovecharon la situación para tomar ventaja y demostrar que “Raúl no es el único bueno”.

Digo aquellos que quisieron tomar partido en el juego, para que el mismo no esté liderado por la máxima autoridad cubana y sea éste quien se lleve los laureles. Por este motivo, Bush no quiso quedar afuera de tanta amabilidad y se prendió como garrapata a esta nueva ola solidaria que se lanza desde el país comunista del Continente Americano.

El presidente EEUU puso en funcionamiento una política que permitirá a los habitantes del país del norte que poseen familiares en Cuba, enviarles teléfonos celulares para que puedan comunicarse seguido. ¿Espíritu solidario para con su enemigo?¿momento de tregua?¿arrepentimiento?.

No nada de eso. Muchos son los aspectos que están en juego. Obviamente el más importante como lo hace en todas y cada una de sus políticas: aparecer como el bueno de la película. ¡Claro! ¡No podía ser! Raúl le estaba ganando la pulseada. ¡Algo debía pensar!. Y lo pensó. Y lo pensó bien. Ahora son dos, los buenos de la serie.

Pero tampoco hay que olvidar las elecciones estadounidenses. Sí, falta menos para los resultados finales. Bush no se podía despedir sin tener protagonismo en el último tramo de su gobierno y en su relación para con Cuba.

Y bue…no era de esperar mucho menos de este personaje. Está acostumbrado a llevarse el Oscar en todos sus movimientos. Lo que no percibe, es que el único reconocimiento que recibe con ese premio, es de los suyos. No puede contar ni siquiera con el del que se encuentra en la esquina. Es demasiada distancia ya.

“La violencia evangélica”

Apoyado por el éxito estremecedor que tuvo el primer tomo de una historia revisionista que tiene como protagonista a la Iglesia y su relación con el poder, Horacio Verbitsky concluyó el segundo volumen de un relato que despierta el interés de más de uno.

No se trata de asentar las bases del catolicismo, ni de intentar un proyecto de adhesión a la principal religión del mundo. Lo que el autor esta vez –y como lo viene construyendo desde hace un tiempo – tiene entre sus manos, es la base de las actividades que llevó a cabo la máxima institución arraigada en el tiempo y que aún continúa sumando discípulos.

Con una propuesta antagónica al posicionamiento calvinista, el autor está confiado en la información que difunde. De esta manera y con muchos adeptos a sus obras precedentes, Verbitsky puede dilucidar la repercusión que esta nueva concreción puede llegar a tener hasta en los más remotos socavones nacionales e internacionales.

Sobre el autor

Horacio Verbitsky es periodista y autor de varios libros, entre los que se destacan Robo para la Corona, Hacer la Corte, El Vuelo, Doble juego y El silencio. Actualmente preside el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) e integra el Consejo Rector de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, la Junta Directiva de Human Rights Watch/Américas y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

La nueva producción

Esta obra que acaba de salir a las calles argentinas está titulada como “La violencia evangélica”. Sí, aunque parezca fuerte es así y su carácter explícito de denuncia también se difunde en cada una de las páginas que componen el volumen.

La primera edición de esta creación tendrá lugar los primeros días de mayo del corriente año en la Provincia de Buenos Aires. La editorial Sudamericana es la que sustenta esta nueva ilustración. El género en donde se sitúa es ensayo histórico y posee 440 páginas.

No hay excusas para no leer "La violencia evangélica". Quizás parte de nuestros intereses reprimidos encuentren respuesta en este libro. Ya que promete revelar los secretos más oscuros de la Iglesia Católica Apostólica Romana.